EL EVANGELIO SEGÚN EL ESPIRITISMO

Allan Kardec

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V. Después de la muerte, el genio (Daimón, demonio) que nos ha sido destinado durante nuestra vida, nos lleva a un paraje, en donde se reunen todos aquellos que deben ser conducidos a las Hadas para ser juzgados. Las almas, después de haber permanecido en las Hadas el tiempo necesario, vuelven a ser conducidas a esta vida "en numerosos y largos períodos.". Esta es la doctrina de los ángeles guardianes y espíritus protectores, y de las reencarnaciones sucesivas después de intervalos más o menos largos de erraticidad.