EL EVANGELIO SEGÚN EL ESPIRITISMO

Allan Kardec

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1. Porque no es buen árbol el que cría frutos malos. Ni mal árbol el que lleva buenos frutos. - Pues cada árbol es conocido por su fruto. Porque ni cogen higos de espino, ni vendimian uvas de zarzas. - El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca bien: Y el hombre malo, del mal tesoro saca mal. Porque de la abundancia del corazón habla la boca. (San Lucas, cap. VI, v. 43, 44 y 45).