EL EVANGELIO SEGÚN EL ESPIRITISMO

Allan Kardec

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5. El poder de la fe recibe una aplicación directa y especial en la acción magnética; por ella el hombre obra sobre el flúido, agente universal; modifica sus cualidades y le da una impulsión, por decirlo así, irresistible. Por esto el que tiene una gran fuerza fluídica normal, unida a una fe ardiente, puede, por la sola voluntad dirigida al bien, operat esos fenómenos extraños de curaciones y otros que en otro tiempo pasaban por prodigios y, sin embargo, sólo son consecuencia de una ley natural. Tal es el motivo porque Jesús dijo a sus apóstoles: si no habéis curado, es porque no teníais fe. La fe religiosa.