Publicación de las comunicaciones espíritas
La cuestión de la publicación de las comunicaciones espíritas es el complemento de la organización general que hemos tratado en nuestro número precedente. A medida que el círculo de espíritas se amplía, los médiums se multiplican, y con ellos el número de comunicaciones. Desde hace algún tiempo que esas comunicaciones han adquirido un notable desarrollo con relación al estilo, a los pensamientos y a la amplitud de los temas tratados; las mismas han crecido con la propia ciencia, y los Espíritus ofrendan la grandeza de sus enseñanzas a través del desarrollo de las ideas, ya sea en las provincias, en el extranjero, como también en París, conforme lo atestiguan las numerosas muestras de comunicaciones que nos envían, algunas de las cuales han sido publicadas en la Revista.
Al dar estas comunicaciones, los Espíritus tienen como propósito la instrucción general, la propagación de los principios de la Doctrina, y este objetivo no sería alcanzado si las mismas –como ya lo hemos dicho– quedasen olvidadas en los archivos de aquellos que las obtienen. Por lo tanto, es útil difundirlas por medio de su publicación; de esto resultará otra ventaja muy importante: la de probar la concordancia de las enseñanzas espontáneas dadas por los Espíritus sobre todos los puntos fundamentales, neutralizando la influencia de los sistemas erróneos al probar su aislamiento.
Se trata, pues, de examinar el modo de publicación que mejor puede alcanzar dicho objetivo, y para esto es necesario considerar los dos puntos siguientes: el medio que ofrece más posibilidades de extensión de las publicaciones, y las condiciones más apropiadas para dar al lector una impresión favorable, ya sea por la elección juiciosa de los temas como por la disposición material. Por no tomar en cuenta ciertas consideraciones a veces formales, las mejores obras son frecuentemente nacidas muertas. Este examen es resultado de la experiencia; al respecto, ciertos editores tienen un tacto que les señala el hábito de los gustos del público y que les permite evaluar, casi con seguridad, las posibilidades de éxito de una publicación, haciendo abstracción del mérito intrínseco de la obra.
El desarrollo que toman las comunicaciones espíritas nos pone en la imposibilidad material de incluir a todas en nuestra Revista. Para abarcar el cuadro entero, sería preciso darle una extensión tal que obligaría a dejarla a un precio fuera del alcance de mucha gente. Por lo tanto, se hace necesario encontrar un medio de ofrecerla en las mejores condiciones para todos. En principio, examinemos los pros y los contras de los diferentes sistemas que podrían ser empleados.
1º) Publicaciones periódicas locales – Ellas presentan dos inconvenientes: el primero, que son casi siempre restrictas a la localidad; el segundo, que una publicación periódica, antes de ser suministrada y distribuida en fechas fijas, necesita de un material burocrático y de gastos regulares, a los cuales es necesario cubrir a toda costa, bajo pena de interrupción. Si los diarios locales que se dirigen al público, en su conjunto, tienen frecuentemente dificultades para sobrevivir, con más fuerte razón sería así con una publicación que sólo se dirigiese a un público restricto, porque se ilusionaría en vano con la esperanza de contar con muchos suscriptores de afuera, sobre todo si esas publicaciones se fuesen multiplicando.
2º) Publicaciones locales no periódicas – Una Sociedad, un Grupo, los Grupos de una misma ciudad, podrían reunir sus comunicaciones, como lo han hecho en Metz, en opúsculos independientes unos de los otros, y publicarlas en fechas indeterminadas. Este modo es incomparablemente preferible al anterior, desde el punto de vista financiero, porque no contrae ningún compromiso, y las personas son libres para parar cuando quieran. Pero existe siempre el inconveniente de la restricción de la publicidad. Para divulgar esos opúsculos fuera del círculo local, sería preciso tener expensas con anuncios, lo que frecuentemente se evita, o sería necesario tener una librería central con numerosos corresponsales que se encargasen de solventar los gastos. Mas aquí se presenta otra dificultad: los libreros, en general, no se ocupan de buen grado con obras que ellos no editan; por lo demás, no quieren saturar sus corresponsales con publicaciones sin importancia para ellos y de consumo incierto, hechas a menudo en malas condiciones de venta por el formato o por el precio y que, además del inconveniente de desagradar a los corresponsales, tendrían que acarrear con los costos de devolución. Son consideraciones que la mayoría de los autores, ajenos al oficio de la librería, no comprenden, sin hablar de los que, creyendo que sus obras son excelentes, se admiran de que ningún editor se disponga a publicarlas; aquellos que las imprimen a sus expensas deben tener en cuenta que, sean cuales fueren las ventajas que ofrezcan a los libreros, la obra tendrá que esperar por los interesados si, en términos profesionales, no estuviere en condiciones de venta.
Pedimos disculpas a nuestros lectores por entrar en detalles tan terrenales a propósito de las cosas celestiales, pero es precisamente en interés de la propagación de las buenas cosas que queremos precavernos contra las ilusiones de la inexperiencia.
3º) Publicaciones individuales de los médiums – Todas las reflexiones anteriores se aplican naturalmente a la divulgación de las publicaciones individuales que ciertos médiums podrían hacer con las comunicaciones que reciben; pero, además de la dificultad que la mayoría de ellos enfrenta, las mismas tienen otro inconveniente: es que, en general, poseen un sello de uniformidad que las vuelve monótonas, y perjudicaría tanto más su venta cuanto más se multiplicasen. Ellas podrían ser atractivas si, al abordar un tema determinado, formasen un todo y presentaran un conjunto, ya sea de la obra de un único Espíritu o de varios.
Estas reflexiones no son absolutas, y sin duda habrán excepciones; pero no se puede negar que reposan sobre un fondo de verdad. Además, lo que nosotros decimos no es para imponer nuestras ideas, de las cuales cada uno es libre para tener en cuenta o no; sólo que, como se publica con la esperanza de un resultado, creemos que es un deber exponer las causas de las decepciones.
Los inconvenientes que acabamos de señalar nos parecen completamente superados por la publicación central y colectiva que los Sres. Didier y Cía. van a emprender con el título de BIBLIOTECA DEL MUNDO INVISIBLE; la misma estará compuesta por una serie de volúmenes, en formato grande in 18º, con siete hojas de impresión o aproximadamente 250 páginas, al precio uniforme de 2 francos. Cada volumen tendrá su número de orden, pero será vendido separadamente, de manera que los interesados tengan la libertad de adquirir aquellos que les agraden, sin estar obligados a comprarlos en su totalidad. Esta colección –que no tiene límites fijos– ofrecerá los medios de publicar, en las mejores condiciones posibles, los trabajos medianímicos obtenidos en los diferentes Centros, con la ventaja de una divulgación muy amplia a través de los corresponsales. Lo que estos editores no harían por medio de opúsculos aislados, lo harán por intermedio de una colección que puede adquirir gran importancia.
El nombre de Biblioteca del Mundo Invisible es el título general de la colección;pero cada volumen llevará un título especial para designar su procedencia y su objeto, beneficiando al autor, sin que éste tenga que inmiscuirse en el producto de las obras que son ajenas a él. Es una publicación colectiva, pero sin dependencia mutua entre los productores, donde cada uno corre por su cuenta, ateniéndose al mérito de su obra, aunque aproveche la publicidad en común.
Los editores no se comprometen, de modo alguno, a publicar en esta colección todo lo que les sea presentado; al contrario, se reservan expresamente el derecho de hacer una selección rigurosa. Los volúmenes, que serían impresos a expensas de los autores, podrán entrar en la colección si fueren aceptados y si estuvieren en las condiciones requeridas de formato y de precio.
Personalmente, somos completamente ajenos al conjunto de esta publicación y a su administración, las cuales no tienen nada en común con la Revista Espírita, ni con nuestras obras especiales sobre la materia; damos aquí nuestra aprobación y nuestro apoyo moral porque lo juzgamos útil y por ser la mejor vía abierta para las publicaciones de los médiums, de los Grupos y de las Sociedades. En ella colaboraremos como los otros, por nuestra propia cuenta, solamente asumiendo la responsabilidad de lo que lleve nuestro nombre.
Además de las obras especiales que podremos aportar a esta colección, ofreceremos, con el título particular de Carpeta Espírita, algunos volúmenes que se componen de comunicaciones seleccionadas, ya sea entre las que son obtenidas en nuestras reuniones de París o entre las que nos son enviadas por los médiums y por los Grupos franceses y extranjeros que se corresponden con nosotros, y que no desearían hacer publicaciones personales. Al emanar de fuentes diferentes, estas comunicaciones tendrán el atractivo de la variedad; agregaremos a las mismas, según las circunstancias, los comentarios necesarios para una mayor comprensión y desarrollo. El orden, la clasificación y todas las disposiciones materiales serán objeto de una atención particular.
No teniendo como objetivo ningún beneficio personal con estas publicaciones, nuestra intención es ceder los derechos adquiridos para la distribución gratuita de nuestras obras sobre el Espiritismo en favor de las personas que no puedan comprarlas o en beneficio de cualquier otro empleo que sea juzgado útil a la propagación de la Doctrina, según las condiciones que fueren fijadas ulteriormente.
Creemos que este plan responde a todas las necesidades, y no dudamos que sea recibido con fervor por todos los amigos sinceros de la Doctrina.