A
nuestros corresponsales
A nuestro regreso encontramos tal correspondencia
que tardaríamos no menos de un mes completo en responderla, sin hacer otra
cosa; si consideramos que cada día se le suma un nuevo contingente, sin
perjuicio de las actuales ocupaciones estrictamente obligatorias,
comprenderemos la imposibilidad material en que nos encontramos de bastarnos
para tal trabajo. Lo hemos dicho, y lo volvemos a repetir, estamos lejos de
quejarnos de la cantidad de cartas que se nos escriben, porque prueban la
inmensa extensión que toma la doctrina, y el punto de vista moral y filosófico,
bajo el cual, ahora se considera dondequiera que penetra; son archivos
preciosos para el Espiritismo; pero de nuevo nos vemos obligados a pedir
indulgencia por nuestra inexactitud en la respuesta. Este trabajo solo tomaría
el tiempo de dos personas, y estamos solos. En consecuencia, quedan muchas
cosas pendientes, y es por ello por lo que se debe el retraso en la publicación
de varios trabajos que habíamos anunciado.
Esperemos que llegue un momento en que
podamos tener una colaboración asidua y permanente para que todo funcione en
conjunto; los Espíritus nos lo prometen; mientras tanto, no hay alternativa,
debemos descuidar o la correspondencia, o las otras obras, que aumentan en
proporción al crecimiento de la doctrina.