Respuesta
del Sr. Dombre
Estimado
editor,
Fui el primero en saborear las intuiciones
finas y delicadas dadas por el Sr. de Cazenove de Pradines en el dominio de la Doctrina
Espírita. El escrito titulado: Charlas Espíritas, que tuve en mi poder, y que
se menciona en su estimable periódico del domingo 25 de mayo, es en verdad
encantadoramente gracioso, y no desmiente el carácter de sagacidad y de talento
que distingue a su autor. Esta escritura es una flor de la que admiro los
colores y el brillo, y de la que me abstendré, por el momento, de alterar la
tersura por el contacto de la menor palabra de crítica indiscreta; pero vuestro
entusiasmo por estos diálogos picantes, más ingeniosos que ofensivos para la
doctrina, os han hecho proferir errores que es deber de todo buen Espírita, y
mío principalmente, señalaros.
Debo decir ante todo que las citas escogidas
aquí y allá en el Libro de los Espíritus están hábilmente agrupadas para
presentar la doctrina bajo una luz desfavorable; pero cualquier hombre prudente
y de buena fe querrá leer el Libro de los Espíritus en su totalidad y meditar
en ello.
1. Hablas de las doctrinas de la nueva secta.
El Espiritismo, permítanme decirles, no es ni una religión ni una secta. El
Espiritismo es una enseñanza dada a los hombres por los Espíritus que pueblan
el espacio y que no son sino las almas de los que han vivido. Sin saberlo,
estamos sujetos a su constante influencia; son una potencia de la naturaleza, como
la electricidad es otra desde otro punto de vista; su existencia y presencia se
evidencian por hechos evidentes y palpables.
2. Tú
dices: La perversidad de tal doctrina. ¡Tenga cuidado! El Espiritismo no es
otro que el cristianismo en su pureza no tiene otro lema inscrito en su bandera
que: Amor y caridad. ¿Es esto entonces perversidad?
3. Finalmente, hablas de un sistema lleno de
seducciones y peligros reales. Sí, está lleno de seducciones, lleno de
atractivos, porque es hermoso, grande, justo, consolador y digno en todo de la
perfección de Dios. Sus peligros, ¿dónde están? Vanamente se buscan en la
práctica del Espiritismo; uno encuentra allí sólo consuelo y mejora moral.
Pregúntense a París, Lyon, Burdeos, Metz, etc., cuál es el efecto que produce
en las masas esta nueva creencia. Lyon, sobre todo, le dirá de qué fuente han
sacado sus trabajadores desempleados tanta resignación y fuerza para soportar
las privaciones de todo tipo.
No sé si los libreros de Agen ya se han
provisto de los siguientes libros: ¿Qué es el Espiritismo? - el Libro de los
Espíritus, el Libro de los Médiums; pero deseo de todo corazón que su pequeño
informe despierte la atención de los indiferentes, los haga buscar estas obras
y forme un núcleo Espírita en la capital de nuestro departamento. Esta
doctrina, destinada a regenerar el mundo, avanza a pasos agigantados, ¿y será
Agen una de las últimas ciudades donde el Espiritismo vendría a tomar
ciudadanía? Tu articulito es, lo considero así, como una piedra que traes al
edificio, y admiro una vez más los medios que Dios utiliza para alcanzar sus
fines.
Su imparcialidad y su deseo de llegar,
mediante la discusión, a la verdad son para mí una garantía segura de que
admitirá en las columnas de su periódico mi carta en respuesta a su artículo
del 25 de mayo.
Aceptar,
etc.
Dombre (de Marmande).
A esta
carta, el editor se limita, en su diario del 1 de junio, a decir esto:
“El Sr. Dombre nos escribe desde Marmande
sobre nuestras reflexiones sobre el Libro de los Espíritus y los diálogos que
sugirió al honorable Sr. de Cazenove de Pradines. Esta nueva enseñanza, como
quiere llamarla el Sr. Dombre, no podría tener, a nuestros ojos, el mismo valor
y el mismo prestigio que parece ejercer en el sitio de nuestro ingenioso corresponsal.
(Sr.
Dombre ha enviado varias veces versos y similares a esta revista.)
“Respetamos las convicciones de nuestros
opositores, aunque estén basadas en principios erróneos; pero creemos que
debemos mantener, a pesar de la leal y sincera defensa que Sr. Dombre hace de
esta doctrina, la expresión de un sentir sobre un sistema completamente fuera
de los caminos de la verdad.
La Abeille Agenaise no puede, por tanto,
entregarse a la propaganda de ideas esencialmente peligrosas, y el Sr. Dombre
comprenderá todo el pesar que sentimos por no poder asociarnos a la
manifestación de sus deseos.”
J. Serret.
Observación. - Reservarse el derecho de
atacar, y no admitir la respuesta, es una forma conveniente de tener razón;
queda por ver si es el de llegar a la verdad. Si una doctrina que tiene como
base fundamental la caridad y el amor al prójimo, que hace mejores a los
hombres, que les hace renunciar a los hábitos del desorden, que da fe a los que
en nada creían, que hace orar a los que no oraban más, que restaura unión en
familias divididas, que previene el suicidio; si, decimos, que tal doctrina es
perversa, ¿qué serán entonces los que son impotentes para producir estos
resultados? El Sr. Serret teme ayudar a la propagación con una polémica, por lo
que prefiere hablar solo. ¡Y bien! que hable solo todo el tiempo que quiera, el
resultado será, no obstante, el que ha sido en todas partes: llamar la atención
y reclutar partidarios de la doctrina.
A.K.